Tarro de farmacia estilo Isabelino, que utilizaban los boticarios para almacenar drogas y preparaciones viscosas.

Con el tiempo su uso comienza a decaer, dejando paso a otras formas más moderna en el manejos de dichas sustancias, siendo sustituido por otros recipientes, hasta que en el siglo XX los tarros de farmacias se convierten en piezas de coleccionismo.

Hemos estudiado y conservado su forma, pero su uso hoy es solo decorativo. Nuestros tarros de farmacia son piezas artesanales, decorados a mano con diseños basados en el estudio de diferentes estilos pictóricos.

Hechos de arcilla blanca de alta calidad son cocidos en primera cochura a 1040ºC, en atmósfera oxidante, temperatura que le otorga dureza y la permeabilidad suficiente para el posterior recubrimiento con nuestros esmaltes artesanales.

Nuestros esmaltes, de diferentes matices y tonos, han sido investigados y creados para que vayan en concordancia con la decoración de la pieza, con su estilo, con lo que queremos expresar con ella.

Decorados a mano con óxidos y pinceles de pelos naturales son vueltos a cocer en nuestros hornos eléctricos, esta vez a una temperatura de 980ºC.

Dependiendo de su decoración, estilo renacentista, de montería, flora... nos sorprenderán sus vivos colores, los tonos de sus vidriados, sus matices añejos y siempre su calidez y armonía. Son piezas únicas y exclusivas que darán valor a cualquier rincón del hogar.